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Fundación Educacional Arauco y SUMMA realizaron el seminario internacional “Más retroalimentación, mejores aprendizajes”

La Fundación Educacional Arauco, en colaboración con SUMMA, el Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe, llevaron a cabo el seminario internacional “Más retroalimentación, mejores aprendizajes”. 

“Creemos en el poder transformador de la educación en todos los momentos de la vida”, sostuvo Isidora Recart, Gerente de la Fundación Educacional Arauco, en la apertura del seminario. “Hemos sido testigos de cómo la capacidad de los profesores transforma las vidas de los estudiantes, creyendo que ellos pueden aprender si reciben el apoyo necesario”, añadió. Destacó la colaboración y la retroalimentación formativa como procesos clave en la educación. 

“Una de las cosas claves es la retroalimentación es un proceso posible, pero que toma tiempo, y tiene que ver con generar espacios adecuados”, consideró Rafael Carrasco, subdirector de SUMMA, quien participo en el panel de discusión junto a Francisca Pinochet, docente en la Fundación Educacional Arauco; y Erick Caballieri, director del Liceo Ciudad de Brasilia.

“Hay que ir generando tiempos y espacios, apoyando las metodologías, probando y acompañando las formas de hacer, trabajar con grupos interdisciplinarios”, agregó Rafael Carrasco, y aseguró que “al ponernos en este espacio nos ponemos en el espacio que viven los alumnos, nos pone en sus zapatos. Es muy potente ese espejo de la sala de clases y la sala de profesores, y forma parte del desarrollo profesional”. Consideró además que “un buen punto de partida para contar con espacios seguros es diferenciar el juicio critico versus la mirada apreciativa, dar el espacio al error que es un camino para pensar distinto, y aprender”.

El seminario contó en esta primera jornada con la ponencia de Pedro Ravela, Docente en el Instituto de Evaluación Educativa, de la Universidad Católica del Uruguay, y Master en Ciencias Sociales, quien expuso sobre “Potenciando el aprendizaje de la escuela”. Consideró que hay una dificultad cultural respecto de las evaluaciones, que se consideran como juicios o críticas personales, y que responden al modelo educativo de la sociedad industrial. “Persiste la noción sobre la importancia de las calificaciones que se transformaron en el incentivo principal de los alumnos y de las familias, con el peligro de que se pierda el sentido del aprendizaje”, señaló.

“Esta cultura de la calificación como incentivo y juicio de valor de las personas es parte de la cultura en la que vivimos y lo que damos por natural”, agregó. Y destacó que “la clave de la evaluación formativa es la buena retroalimentación-evaluación como espacio de intercambio y aprendizaje profesional”.

A continuación, el especialista en educación presentó algunas condiciones para que estos espacios puedan concretarse, como espacios y tiempos para el trabajo colaborativo y trabajo fuera del aula; acompañamiento; un ambiente de aprendizaje que no amenace; y apertura del aula y las prácticas a la mirada de los colegas. 

Para llevar a la práctica estas condiciones, propuso 5 estrategias o herramientas de trabajo para incorporar en la práctica habitual: visitas de pares al aula; revisión cruzada entre docentes en torno a consignas de trabajo para los estudiantes; padlet para un portafolio compartido de consignas, secuencias didácticas y proyectos; ateneos profesionales; y dar voz a los estudiantes.

La segunda jornada contó con la presencia de la especialista Rebeca Anijovich, Especialista y Magister en Formación de Formadores, Titular en la Licenciatura de Educación en la Universidad de San Andrés, y Titular en la Maestría en Educación en la Universidad de San Andrés, cuya presentación fue “Potenciando el aprendizaje de los estudiantes”. 

“La retroalimentación ya no es transmisión de información unilateral, sino que es un proceso en el que entramos en diálogo con el estudiante”, subrayó. 

“Para que esta retroalimentación se pueda instalar en el aula necesitamos promover una cultura particular en la escuela y en el aula, una cultura de aprendizaje colaborativo donde los estudiantes puedan trabajar ayudándose entre ellos y compartiendo sus propias producciones; una cultura reflexiva, con tiempo y espacio para pensar a modo de autoevaluación o cómo ofrecer retroalimentación a sus pares; una cultura de la autonomía; de respeto por el otro; una cultura de seguridad y confianza; y una cultura en la que el estudiante sea protagonista y se apropie de estos procesos de autoevaluación y retroalimentación”, detalló.

Durante el panel de discusión, al que se sumaron Luz Katherine Aravena, docente de la Escuela Junquillar; y Percy Bedwell, encargado de Investigación en la Fundación Educacional Arauco, el Director de Políticas y Prácticas Innovadoras de SUMMA, Dante Castillo-Canales aseguró que “estamos hablando de un fenómeno relacional en que el que tenemos una dinámica entre docente y estudiante que se va construyendo en un círculo virtuoso. Es relevante que el estudiante esté en el centro pero es importante también entender cómo el docente facilita ese espacio, en donde el estudiante pueda asumir ese rol activo, protagonista. En definitiva, los enfoques de la retroalimentación formativa ponen un desafío importante en los docentes, respecto de cómo construir ese espacio”.

Revive el evento aquí.

Accede aquí a los recursos de SUMMA, EEF, y Fundación Educacional Arauco sobre retroalimentación formativa.